La mezquita de Bolbaite, bendecida como iglesia en 1521, a raíz de la Guerra de la Germanía, pasó en 1525 a depender de Chella, de donde se segregó la parroquia en 1535, bajo la advocación de San Francisco de Paula, que había sido canonizado hacía pocos años, en 1519. El año 1574, tras visitar el lugar, el arzobispo de Valencia y patriarca san Juan de Ribera llamó la atención del señor de la baronía, Jeroni II de Cabanyelles alias Vila-rasa, sobre el deficitario estado del templo. Este lo hubo de reconstruir y ornamentar, además de dotar al cura de una casa abadía (décadas de 1580-1590). A cambio, la Iglesia otorgó a este y a los sucesivos señores de Bolbaite el derecho de patronato, es decir, el de designar los curas de la parroquia.
La vieja iglesia morisca fue suficiente a partir del 1612 para albergar a la nueva feligresía de cristianos viejos, pero se hubo de reedificar a causa del gran crecimiento que experimentó Bolbaite en el siglo XVIII. Emprendida la obra en 1780, resultó una nave de estilo neoclásico, con capillas laterales entre contrafuertes, cubierta con bóveda de medio cañón, de cinco tramos. A ambos lados del presbiterio, con testero de nicho, se ubican la sacristía y la capilla de la Comunión. El aparejo es de mampostería, con el zócalo y los ángulos reforzados por sillares y revoque de estuco en el lienzo de la fachada. Esta termina en un perfil mixtilíneo coronado por pináculos. Alberga la fachada, en su centro, un retablo tardo-barroco de acusada simetría y elegante decoración: puerta enmarcada por pilastras de capitel compuesto, nicho superior con la escultura del santo titular, y ventanal cubierto por molduras arqueadas; todo ello combinado con pináculos gallonados, típicos del Setecientos. Por detrás de la fachada, semi-oculto tras el telón de esta, se levanta a mano izquierda la torre de las campanas.
En el interior, el color blanco de las paredes realza las pilastras acanaladas de capitel compuesto y sobredorado que articulan las capillas laterales. Estas se cubrieron con sendas bóvedas vaídas y acogen, entre otras imágenes de culto, la del Cristo del Amparo. La gran hornacina del presbiterio, presidida por la talla solitaria de San Francisco (la antigua, destruida en 1936, era obra del escultor Nicolás de Bussi), está decorado con frescos del pintor Salvador Pallás, hijo de Chella, que representan escenas de la vida de San Francisco de Paula. Fueron restauradas en 1976 por Enrique y Bartolomé Casoval. “El Santo” por antonomasia, como se le llama popularmente, es muy venerado en Bolbaite y en la sacristía se conserva una apreciada reliquia suya. El campanario es una torre prismática, con molduras sencillas, obra del siglo XIX, coronado por bolas cimeras y linterna octogonal sujeta por contrafuertes. Alberga la campana mayor, dedicada a San Francisco de Paula y Santa Bárbara, de 1851; la mediana, consagrada al Cristo del Amparo, obra de los Hermanos Portilla, de 1996, y otra más pequeña, obra del fundidor Manuel Roses, de 1942, llamada “el Joaquín”.