El Abrigo de Roser es clave para entender el proceso de neolítización en la Península Ibérica a través de la expansión de las ideas expresadas en el Arte Rupestre Esquemático del Neolítico Antiguo.
Se trata de un conjunto de Arte rupestre Esquemático Antiguo. En la escena principal, una figura antropomorfa se enmarca por sendos zigzags y otros motivos de trazos paralelos más o menos sinuosos van completando el panel que, en este caso, se encuentra en el techo del abrigo.
Contrasta con el del Abrigo de Roser, esquemático. En este se observa una figura antropomorfa enmarcada por sendas líneas zigzagueantes, además de otros trazos paralelos, más o menos sinuosos, que completan un panel de carácter simbólico en el techo de la cavidad.