El nombre de Anna, es sinónimo de nacimiento o fuente, de hecho el agua atraviesa un casco urbano, salpicado de fuentes y lavaderos.
El origen de la villa se encuentra en la Plaza de la Alameda, donde en el siglo XII el pueblo musulmán almohade levantó el Castillo-Palacio de los Condes de Cervellón, catalogado como B.I.C. y convertido en Centro de Difusión Patrimonial, nos conduce por la historia y el patrimonio de Anna, desde sus orígenes hasta la actualidad. El recorrido por sus antiguas caballerizas, la recreación del mundo decorativo musulmán en su patio y sala árabes, o pasear por las estancias renacentista y barroca, cautiva a cuantos lo visitan.
Los dos edificios religiosos que posee son la Iglesia de la Inmaculada Concepción del siglo XVI, en la que destacan las pinturas barrocas al temple de sus bóvedas, y la Ermita del Santísimo Cristo de la Providencia, construida en 1749, de planta de cruz latina.
De su Patrimonio Natural, destaca el lago de la Albufera, manantial de frondosa vegetación, en el que se puede comer, disfrutar de un paseo en barca, o nadar en sus piscinas, así como pasar un día de ocio. Muy próxima a la Albufera, encontramos La Fuente de Marzo, pequeño lago arropado por robustas rocas grisáceas, y en las proximidades de la población la Fuente Negra, manantial de singular encanto. Sus aguas se precipitan en el Gorgo Catalán, profunda poza de agua a la que puede accederse por la parte alta del pueblo (Las Eras) o adentrándonos en el Camino de las Fuentes de Abajo y de Arriba a través el centro histórico de la villa. En éste podemos disfrutar de sus fuentes urbanas y lavaderos, como el «Siprer» o la Balsa, mostrando esa íntima unión que Anna tiene con el agua. Unas aguas que proceden del lago de la Albufera, canalizadas a partir del área recreativa «El Azud», que se precipitan posteriormente en el Gorgo Gaspar y en la Cascada de los Vikingos, que junto con la Cascada del Salto, conforman la conocida como “Ruta de las 3 Cascadas”. Las aguas de esta última cascada proceden del Gorgo de la Escalera, gran cañón diseñado por el propio río, al cual se accede a través de 136 escalones, zona de baño catalogada como Playa Continental.
Las fiestas comienzan en enero celebrando San Antón, patrón de la villa, levantando una hoguera en su honor y lanzando juguetes y enseres los abanderados, a lomos de caballos por las calles, en la tradicional “Tirá”. A principios de agosto, tienen lugar las Fiestas de las Eras y en septiembre las Fiestas Patronales, ambas en honor al Santísimo Cristo de la Providencia.
Un paseo por el centro histórico, nos descubrirá callejuelas estrechas de origen musulmán, con el sonido del agua desde la Acequia del Pantano y el Lavadero de La Balsa, o las Fuentes urbanas de Sta. Lucía y Sta. María, en la Plaza de la Alameda. La calle Violinista Valls nos conduce a espectaculares cascadas (del Gorgo Gaspar, Vikingos y el Salto), que en otro tiempo movieron artefactos fabriles, hoy convertidos en Arqueología Industrial. La Calle Jesús nos lleva por un extremo al Gorgo de la Escalera, para disfrutar de sus preciosas vistas o zambullirse en sus aguas y por el otro al Gorgo Catalán y la Fuente Negra. A poco más de 1 km desde la entrada del pueblo, los parajes de la Albufera y la Fuente de Marzo nos esperan.